Panorámica desde la boca |
Topografía Sima del Diablo (Jose Manuel Ros) |
El calor de los rayos del sol se veía
aminorado por el fuerte viento que hacía.
Antes de entrar, decidimos reducir la
carga de las sacas y aumentarla en los cuerpos...es decir, almorzar.
Jose Luis en un descanso |
Jose, como siempre,
comenzó la instalación. Primero un pasamanos de unos 2 ó 3 metros,
más que nada para servir de seguro, al posicionarnos, por oposición,
en la cabecera del primer pozo (P-18).
La sima es una fractura
noroeste-sureste de unos cincuenta metros de profundidad, que va
encadenando un pozo tras otro, con pequeños descansos intermedios.
Tal es así que con una única tirada de cuerda de 60 metros, tuvimos
suficiente.
Cuestiones que destacamos
de esta sima.
En primer lugar, creemos
que la bajada, al estar escalonada de la forma descrita, puede venir
muy bien para instruir en técnicas de descenso a quienes se inician
en esta actividad.
Por otra parte, la sima
tiene bastantes elementos sueltos en su recorrido, por lo que hay que
ir con cuidado para que estos no golpeen al compañero que está en
el plano inferior.
Una cuestión que no nos pasó desapercibida fue la falta de algún fraccionamiento más para evitar el rozamiento en algún punto y que hubiera mejorado sensiblemente la instalación.
"Graffitis" de vándalos |
Y como nota negativa, algo que es muy frecuente: las pintadas “rupestres”. Sobre todo en la última sala, llena de “graffitis” desde los años 70 hasta nuestros días.
El recorrido por la sima
lo realizamos sin novedad por este orden: Jose, Juanma, Gonzalo, Jose
Luis y Tomás.
En la base de la sima es
donde se encuentran las formaciones más vistosas, ya en periodo de
fosilización la mayoría de ellas.
En la base de la sima |
La salida la realizamos
en el mismo orden que entramos. Cerrando y desinstalando iba Tomás.
Todo el recorrido se
realizó sin novedad, pudiendo estar fuera cerca de las dos del
mediodía.
Después de recoger el
material comenzamos el retorno al lugar donde habíamos dejando el
coche. Un regreso algo complicado por el fuerte viento que hacía y
que, en ocasiones, incluso nos hacía perder el equilibrio.
Montados ya en el coche
nos dirigimos a Cheste, donde habíamos dejado el resto de vehículos
y desde allí, cada uno a su lugar de origen.
Esta ha sido la primera
del año y, si, allá abajo se sigue oyendo el silencio...
No teneis las cordenadas?
ResponderEliminarAnda que responden
EliminarEs muy difícil de encontrar
ResponderEliminarEs muy difícil de encontrar
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