18 dic 2013

SIMA BLANCA (LA FONT D'EN CARRÒS)



Antes de entrar
Aun era de noche cuando salíamos de nuestras casas. Frío en el cuerpo, mochila al hombro, saca en la mano y todo un sábado por delante para adentrarnos en el silencioso mundo subterráneo.


Jose entrando en la sima
Habíamos quedado a las 8:00 a la entrada de la Font d’en Carròs. Por un lado, desde L’Ollería acudieron Jose y Juanma y por otro, desde Valencia, Jose Luis y Tomás. La niebla, la charla y un pequeño despiste hizo que Jose Luis y Tomás se retrasaran un poco y llegaran 20 minutos más tarde de lo previsto.


Antes de dirigirnos a la cueva,  fuimos a tomarnos unos cafés calentitos y a comprar pan para el almuerzo…ya sabéis: lo primero, es lo primero.


Juanma bajando el pozo de entrada
La Sima Blanca no se encuentra muy lejos del pueblo; es más, podríamos decir que está en las afueras.  Tras dejar el coche y recoger el material nos encaminamos a la cueva. Tras veinte minutos llegamos a ella.

Hace un par de años ya vinimos a esta sima, pero entonces no la recorrimos toda. Ahora veníamos con la idea de acceder a la parte que no pudimos hacer la vez anterior.


La Sima Blanca es una cavidad de formación mayoritariamente tectónica; es decir, por un pliegue del terreno que se agrieta, formando una fisura vertical que, en este caso, es luego alterada por el agua.


Jose Luis y Jose




La boca de entrada, de escasos 50 centímetros de diámetro, nos  da acceso a un pozo de 19 metros de profundidad. Se trata un pozo acampanado, cuya base inicia una rampa de considerable inclinación que hace necesario el uso de cuerda. Tras esta pendiente se llega a un pequeño resalte de tres metros que hay que descender y que pone fin al primer tramo. Desde la boca hasta aquí hemos utilizado la misma tirada de cuerda.

En este punto, existen varias opciones. La primera es progresar en horizontal a una sala con distintas formaciones y  cuyos bordes se precipitan al vacio. Aunque se puede descender en oposición,  siempre es aconsejable el uso de cuerda para evitar riesgos innecesarios.


La segunda alternativa es bajar  por otro sitio,  más aconsejable, y que permite acceder a sectores inaccesibles desde el punto anterior. Desde aquí , se destrepará un par de metros por el lado derecho del llamado “pozo intermedio” y que explicaremos más adelante. Una vez en la cabecera nos encontramos con varios spits para realizar un anclaje en Y, que antecede al pozo de 33 metros.  Después de varios fraccionamientos, desviadores y algún pequeño péndulo, se alcanza la cota más baja (-71 m.), inundada por un acuífero.



El almuerzo
La tercera opción es la que realizamos la vez anterior. Se trata del referido anteriormente “pozo intermedio” y que nos lleva a la denominada “Sala del Conejo”.


Antes de continuar con la exploración estuvimos degustando, como ya es habitual, los productos propios de la Sierra de Cazorla que tan generosamente nos ofrece siempre Jose Luis.

Montando el belén
Retomadas las fuerzas nos dirigimos a continuar con la exploración, pero antes estuvimos preparando el Belén espeleológico para el Concurso que la Escuela Nacional de Espeleología de la O.J.E. ha convocado. La verdad es que pasamos un buen rato aportando ideas y retocando posiciones y enfoques. La idea, como se puede ver, es que las figuras del Belén son los propios aparatos que nos sirven para subir y bajar. Un San Jose con aire de bloqueador de mano; una Virgen María con aspecto de bloqueador Basic; y un niño Jesús muy parecido a un Pantin, formaban el grupo principal. Un portal con forma de casco con su estrella en forma de foco frontal y por encima un ángel que bien pudiera confundirse con un pequeño mosquetón con una cinta. Y ya para rematar los tres Reyes Magos con aspecto de descensores. Todo ello nos sirvió para hacer la foto que forma parte de nuestra felicitacion navideña. 

Incluso llegamos a cantar un villancico. 

Explorando
Juanma y Tomás con la topo


Después nos dirigimos a la primera opción antes referida. Allí nos entretuvimos durante bastante tiempo intentando buscar la continuidad y, finalmente, llegamos a la conclusión de que para bajar al acuífero había que hacerlo volviendo atrás y a través de la segunda alternativa.


Jose en la cabecera del pozo del acuífero
Juanma subiendo
El acuífero





















Jose montó la cabecera e iniciamos el descenso. Entretenido y con algún que otro paso complicado. La instalación, la verdad, no nos gustó mucho ya que consideramos que se podía haber hecho de otra manera más cómoda pero, como siempre, hay que agradecerle, al que la hiciera, el trabajo realizado.

Finalmente llegamos al acuífero. Allí descansamos un poco y comenzamos el camino a la inversa. La subida ser realizó sin novedad.


Juanma saliendo
Jose Luis "emergiendo" de las profundidades
Jose recogiendo

Una vez en el exterior, recogimos el material y volvimos al coche. Eran las cuatro y media de la tarde. Allí nos despedimos unos de otros y nos emplazamos para el último fin de semana de 2013 hacer otra salida…que mejor forma de despedir el año que hacerlo escuchando el silencio.

Por cierto...¡¡¡Feliz Navidad!!!





Pulsar para acceder a video reportaje fotografico Sima Blanca



23 oct 2013

SIMA DEL PUNTAL DE MATEU (NÁQUERA)



Sima del Puntal de Mateu
Hacía 4 meses desde nuestra última salida a la SC-16 así que, una vez pasado el verano y las vacaciones, tocaba ya ponerse el mono y volver a las andadas. Decidimos que esta vez sería la sima del Puntal de Mateu, en Náquera, la cavidad que iríamos a visitar, pues hacía escasos días que había terminado su periodo de cierre por la cría de murciélagos.


Una vez elegida la sima, nos pusimos a buscar información de la misma y de cómo localizarla, pero la búsqueda no nos dio demasiados resultados. Nos sirvió de gran ayuda la información que encontramos en el blog "Vía Subterránea" de Jose Manuel Ros, y con quien coincidimos en la cavidad. Desde aquí queremos reconocer y agradecer enormemente su trabajo de catalogación y topografía de las simas y cuevas de esta zona, y animarle a que siga adelante en esta tarea tan provechosa para el todo colectivo espeleológico.


Gonzalo y Juan
Siguiendo con la sima del Puntal de Mateu, cabe destacar que se desarrolla sobre una fractura abierta en dirección NO/SE y que carece de formaciones interesantes. Para llegar hasta ella hay que tomar el camino que va desde Náquera a la Font de l'Or y continuar en dirección hacia el Salt del Pí, tomando seguidamente un camino que sale a la izquierda. Una vez se llega a la base del Puntal de Mateu, hay que aparcar el vehículo y seguir la senda que sube hasta la cima del mismo y desde la que se ve una pequeña depresión un poco más abajo, a la derecha, donde se encuentra la boca de la sima. Ésta está rodeada por una valla metálica cerrada con una puerta y un candado. 


Gonzalo, Juan y Tomás
Nosotros quedamos, como casi siempre, a las 8 de la mañana en la entrada de Náquera y, una vez que estuvimos todos los que habíamos confirmado la asistencia: Tomás, Jose Luis, Gonza, Juan y Jose, cargamos todo el materia en un coche y nos dirigimos en busca del Puntal, dispuestos a "patear" monte arriba para encontrar la boca y dar comienzo a esta nueva aventura. La encontramos enseguida, ya que Jose Luis estuvo, unos meses antes, de reconocimiento por la zona para localizarla y así poder ir a lo seguro.


Nada más llegar, comenzamos a equiparnos y seguidamente Jose procedió a instalar la cuerda para empezar el descenso. Lo tuvimos que hacer por una segunda vía, ya que encontramos allí a Jose Manuel Ros haciendo trabajos de topografía, por lo que tuvimos que compartir la bajada e intentar molestarle lo menos posible. Él, por su parte, nos cedió amablemente su cuerda para que pudiésemos bajar y subir de dos en dos, con lo que ganamos rapidez en la progresión vertical.


Jose Luis "concentrado"
La boca tiene una longitud de casi 2 m y una anchura de unos 80 cm, lo que hace que el descenso resulte algo estrecho en los primeros metros del primer pozo, que tiene unos 40 m más o menos de profundidad. Este P-40, en el que tuvimos que instalar tres fraccionamientos, termina sobre una base bastante resbaladiza, repleta de derrubios que seguramente se han ido precipitando desde el exterior, y que presenta una rampa de gran inclinación a cada uno de sus lados.


Una vez que llegamos todos abajo, continuamos en dirección SE, es decir, hacia nuestra derecha, bajando la rampa resbaladiza y repleta de piedras sueltas que termina en un punto donde aparece a la izquierda una pequeña sala y a la derecha continúa la fractura enlazando con la cabecera del segundo pozo.


Llegados aquí, decidimos almorzar en el interior de esta pequeña sala para reponer algo de fuerzas y conversar un poco. Como ya es habitual en nuestro grupo, Jose Luis se encargó de traer su repertorio de quesos y embutidos de la Sierra de Cazorla, así que nos pusimos manos a la obra.


Jose en la cabecera del segundo pozo
Terminado el almuerzo, procedimos a instalar la cabecera del segundo pozo, de unos 28 m de profundidad y en el que instalamos un fraccionamiento para evitar rozamientos. Durante todo el recorrido por la cavidad avistamos un número importante de murciélagos yendo y viniendo de aquí para allá, pero fue en este segundo pozo donde había más concentración de ellos; incluso algunos llegaban a pasar rozándonos la cabeza en algunas ocasiones. Tras llegar a la base del pozo, exploramos un poco la grieta para ver si había continuidad por algún lado, pero pudimos comprobar que no era así o, al menos, no era practicable, así que nos dispusimos a "desandar lo andado". Primero subió Jose, seguido de Jose Luis, Juan y Gonza, quedando esta vez Tomás en último lugar para ir desinstalando y recogiendo el material.


Tras salir todos al exterior, y después de beber algunos tragos de agua para recuperar el resuello, nos hicimos la correspondiente foto de grupo y empezamos a recoger todo el equipo en las sacas para marcharnos. Cabe destacar que se echó de menos a los compañeros que no pudieron asistir a esta salida, y a los cuales esperamos ver en la próxima.


La foto de grupo a a la salida
Bueno, hasta aquí una más de nuestras historias, una más de nuestras salidas, de esas, de las que nos llevan a "escuchar el silencio" en las profundidades.


Pulsar para acceder a video reportaje fotográfico de la Sima del Puntal de Mateu (Náquera) 


4 jul 2013

SIMA SC-16 (UÑA, CUENCA)

Gonzalo, Jose Luis, Juanma, Jose, Tomás, Ricardo, Gustavo y Sara

Más de un mes llevábamos preparando esta salida. Una salida especial por muchos motivos. Por un lado íbamos a salir por primera vez a la provincia de Cuenca; en segundo lugar íbamos a compartir la exploración con amigos de la OJE de León; en tercer lugar, íbamos a estar todo el fin de semana en la actividad; y ya, en cuarto lugar, la cueva que pretendíamos explorar prometía ser de gran interés. Todo se desarrolló conforme a las previsiones.


Durante el tiempo precedente a la actividad mantuvimos contacto con Ricardo Yebra (Director de la E.N.E. de la O.J.E.) y con Alfonso Cruz (O.J.E. Cuenca). Con el primero para coordinar la participación de espeleólogos de la O.J.E. de León en la actividad y con el segundo para que nos echara una mano en la elección y la localización de cavidades. Desde aquí nuestro agradecimiento a ambos.


Finalmente, y después de valorar diferentes cavidades, decidimos explorar la Sima SC-16, situada en el término de Uña. Esta cueva se encuentra totalmente instalada por el Club Viana de Guadalajara. Tanto el equipamiento de la cavidad, como la documentación, fueron de gran ayuda para realizar nuestro cometido, por lo que les agradecemos también su trabajo desinteresado (hay que decir, por cierto, que además de desinteresado, está muy bien realizado).


Topografía desarollo vertical SC-16
Una vez establecida la cueva que íbamos a explorar y todos los pormenores de intendencia y alojamiento (gracias familia de Jose Luis), acordamos que saldríamos el viernes 21 de junio desde Valencia hacía Cuenca. Nuestro objetivo era llegar a una hora más o menos prudente a la capital manchega, cenar y acostarnos pronto para madrugar al día siguiente.

Salimos de Valencia alrededor de las 21:00, algo más tarde de lo previsto. Esta dilación en el tiempo vino provocada por una fuerte tormenta que se desarrolló en Valencia justo a las ocho y que nos forzó a demorar la salida. 


Con Alfonso (5º por la izquierda) antes de salir
De Valencia íbamos Jose, Jose Luis, Juanma y Tomás. Gonzalo se incorporaría a la madrugada del día siguiente. Llegamos sin novedad a Cuenca y allí nos esperaban Sara, Gustavo y Ricardo, todos ellos de León. También nos reunimos con Alfonso (que era la primera vez que nos veíamos en persona), con el que intercambiamos saludos e información.


Después de descargar los vehículos e instalarnos en la casa donde íbamos a pernoctar, hicimos una cena rápida y a dormir. Al día siguiente teníamos que madrugar para que no se nos adelantase nadie en la exploración.



Preparando la foto de grupo
A las 5:30 de la mañana Jose Luis ya estaba preparando el café. Mientras nos levantábamos y desayunábamos llegó Gonzalo y al poco tiempo Alfonso, al que nunca le agradeceremos lo suficiente el esfuerzo que realizó en madrugar con nosotros para ayudarnos a localizar la cueva aunque él ni siquiera fuera a explorar la cueva. Gracias Alfonso, se nota que eres de la O.J.E.


Llegamos sin muchos problemas a la boca de la cueva sobre las ocho. La cavidad se encuentra en una reserva natural de gran belleza. De camino a allí pudimos ver gran cantidad de animales (principalmente cérvidos) rodeados de una niebla matinal que envolvía al bosque.


Gustavo en la boca de acceso
Sobre las 9:00 comenzamos a descender. En primer lugar Jose, que iba instalando. Después Juanma, de apoyo. En tercer lugar, Tomás, que llevaba la cuerda para el último tramo. Le seguía Ricardo. Luego Jose Luis y Gonzalo, Después Gustavo y cerraba Sara.


En la topografía de la cueva se pueden apreciar las diferentes simas, pasamanos, fraccionamientos...todo estaba perfectamente realizado. Los anclajes, con químico, muy bien situados, facilitaban la instalación ya que íbamos más rápidos montando. Como pasos destacados: el primer pozo...lleno de mosquitos; el tubo, apretado pero cómodo, el primer pasamanos, en volado, que más que un pasamanos es una cabecera aérea del P-14. La gatera, estrecha (como toca), que desembocaba al borde del P-35. La cabecera de la última sima, cómoda y muy acertada su nueva ubicación.


 
Gonzalo en plena acción
Poco a poco fuimos bajando y, una vez estuvimos en la base del último pozo, nos dedicamos a comprobar la calidad de los productos gastronómicos de Cazorla (chorizo de ciervo, salchichón, queso...). También echamos mano de alguna que otra manta térmica, ya que la humedad y la inactividad enfriaba los cuerpos.


Ricardo en la cabecera del P-35












Con fuerzas renovadas continuamos la exploración de la cavidad. Ahora la progresión era en horizontal y así fuimos durante un tiempo hasta que fue aumentando la estrechez de la galería por la que circulábamos y el agua que recorría su base amenazaba con mojarnos en toda nuestra extensión corporal. Allí decidimos darnos media vuelta. Aun nos quedaba mucho recorrido para retornar y no nos apetecía estar muchas horas mojados. Sara, Jose Luis y Juanma aun profundizaron un poco más y formamos dos grupos de retorno.


Jose Luis y  sus "antenas"
La subida se dio sin ningún incidente digno de mención. El primero en salir fue Gustavo, que pronto se quitó el mono y disfrutó de los rayos de sol de la campiña conquense. El orden de los que le siguieron fue Jose, Ricardo, Gonzalo y Tomás.


Una vez fuera estuvimos esperando que el siguiente grupo subiera. La verdad es que tardaron bastante, pero hay que decir que tenían que ir desmontando e iban cargados con las sacas de las cuerdas. Primero salió Sara y después de bastante tiempo de espera Jose Luis. Jose bajó hasta la cabecera del P-14 a echarle una mano. Juanma iba desmontando.

Sara
Al final todo sin novedad, contentos por la cavidad, por la exploración y por el día que habíamos pasado. Cansados pero contentos.
Jose y Juanma...¿que pedirán?
 A Cuenca regresamos sobre las ocho de la tarde. Descargamos el material, nos duchamos y aseamos y nos fuimos a cenar a un mesón típico de la ciudad.

El  día había sido largo pero había valido la pena. Ahora, cenando y comentando los pormenores del día, comenzaba a hacer su presencia el cansancio. Sin embargo aún nos dio tiempo de acercarnos a una cafetería y tener una agradable tertulia entre amigos, unos de mucho tiempo y otros de un par de días. Y es lo que tiene la O.J.E. que aunque estés con personas que no conoces sabes que tienes mucho en común con ellos y eso hace que enseguida congenies.
Cenando


El sueño reparador....(chissss, silencio...)
Terminada la tertulia nos fuimos a dormir. Fue un sueño profundo y reparador.


La mañana del domingo nos saludó con un sol resplandeciente y con esa tranquilidad en el ambiente que se nota durante los días de fiesta. Desayunamos, recogimos todo y le pegamos una “limpiada” a la casa.


Las últimas fotos, los últimos saludos y abrazos y todos de regreso para comer en casa. Unos hacia tierras leonesas y otros hacia las levantinas. Allí se quedó la SC-16, testigo mudo de nuestras vivencias.

Fue un fin de semana perfecto. Buenos amigos y buena cavidad. No será la última vez que vengamos por estas lugares. Así nos lo dijimos. Volveremos a entrar en las entrañas de estas tierras, y disfrutar de su complicidad, aquí, “donde se escucha el silencio”.


Formaciones

29 abr 2013

SIMA DEL CONILL (BOCAIRENT)


Tras el paréntesis obligado por las Fallas y Pascua, recuperamos la actividad espeleológica por las cavidades de nuestra Comunidad. Esta vez hemos elegido el "Avenc del Conill" que tiene un recorrido de 160 m y una profundidad máxima de unos 44 m.


Quedamos el domingo 21 de abril a las 8 de la mañana en la rotonda que hay a la salida del tunel de L'Ollería. Allí nos presentamos Juanma, Jose Luís y Jose preparados para una nueva jornada en el subsuelo. Los demás componentes del grupo tenían obligaciones más serias y no pudieron asistir.


Enseguida nos ponemos en camino hacia el lugar donde se encuentra la cavidad, la cual habíamos localizado anteriormente para evitar pérdidas de tiempo. Poco antes de las 9'30 h estamos ya equipados en la boca de acceso, pero decidimos almorzar antes para no tener que parar en mitad de la exploración. Para este menester, y como ya viene siendo costumbre en nuestro grupo, Jose Luis viene provisto con quesos y embutidos de la Sierra de Cazorla, un manjar que todos apreciamos y del que damos cuenta al momento. 


Una vez terminado el almuerzo, y tras hacer algunas fotos, nos disponemos a adentrarnos en la sima que presenta una boca de muy reducidas dimensiones (aprox. unos 25 x 35 cm) y que, además, se encuentra cubierta por una reja de fundición, de esas que hay en las calles para el agua de lluvia. La estrechez de la abertura dificulta un poco el paso, especialmente a los más corpulentos, pero enseguida se hace pie en una pequeña sala con unas dimensiones más cómodas. Desde esta sala se inicia una galería descendente en forma de túnel de unos 10 o 12 m de longitud. En el inicio de la rampa instalamos la cuerda, anclando en un bloque de piedra situado en el medio de la sala de entrada y un parabolt que hay a su derecha, para descender de forma segura. 


Al finalizar la rampa, se llega a la cabecera del primero de los dos pozos que encontramos en la cavidad. Se trata de un P-8 que termina en una pequeña plataforma y desde la cual se enlaza, a la izquierda con el segundo pozo, de unos 10 m de profundidad. Los pozos se desarrollan hacia la izquierda por lo que los anclajes instalados se encuentran también a este lado. Esto dificulta un poco la progresión y hace que resulte un poco incómoda. También obliga a ir instalando algunos desviadores ya que los roces de la cuerda son bastante frecuentes.

La base del segundo pozo es bastante amplia y desde ella se accede, a través de una pequeña rampa descendente, a la "Sala del Balcó" que es, en nuestra opinión, la más bonita de toda la cavidad ya que se encuentra repleta de formaciones de todo tipo y en unas condiciones de conservación verdaderamente extraordinarias. Nada más entrar en esta sala, y debido a que el suelo presenta dos niveles diferentes, se tiene la sensación de estar en un mirador desde donde se tiene una vista excepcional de la misma, de ahí su nombre.


Al fondo de la sala, en la parte derecha, se encuentra una gatera bastante ajustada por la que se accede a la siguiente sala, la "Sala de la Concreció". Aquí las formaciones ya no son tan abundantes y su aspecto es algo más caótico. Esta sala parece quedar dividida en dos partes diferenciadas: a la derecha encontramos la "Sala de la Corrosió" con abundante goteo de agua, y en la parte izquierda, y a través de una gatera algo más amplia que la anterior, se accede a la "Sala del Arenal" que presenta un suelo ascendente y cubierto por una capa terrosa. Aunque esta última sala es bastante amplia, sólo permite ponerse de pie en su parte central y marca el final de la progresión.


A partir de este punto iniciamos el ascenso hacia la salida, recuperamos todo el material instalado y volvemos a pasar por el angosto agujero de la boca, que esta vez resulta un poco más costoso.


Después de salir y mientras nos vamos desequipando, comentamos que ésta ha sido una de las cavidades más bonitas que hemos visitado en cuanto a formaciones, pero que la ubicación de algunos de los anclajes instalados no nos ha parecido muy correcta, pues nos han hecho más incómoda la progresión por los pozos.


Ya en el coche, de regreso a casa, vamos pensando cual será nuestro próximo destino, que sorpresas nos tendrá guardadas el mundo subterráneo o simplemente ... donde volveremos a "Escuchar el silencio".
 





Pulsar para ver video reportaje Sima del Conill

15 feb 2013

SIMA DEL LLENTISCLE - SIMA K28 (SERRA)

El grupo en la boca de la Sima del Llentiscle

Domingo 10 de febrero de 2013. Suena el despertador. Amanece un día frío y ventoso en Valencia y alrededores. Siete espeleólogos se preparan para un nuevo día de exploración.

El punto de encuentro es en Serra. Allí, días antes, Jose Luis se había trasladado para localizar varias cuevas, entre ellas, la Sima del Llentiscle, pequeña cavidad con una reducidísima boca de acceso y a la que acudíamos con la certeza de que nos iba a ocupar poco tiempo.

El grupo va creciendo. Junto a Jose, Jose Luis, Gonzalo, Tomás y Juanma (hoy ausente), vienen también Juan, Tomás e Ismael.

Acudimos todos a las ocho de la mañana a Serra y desde allí nos repartimos en dos 4x4 para el traslado a una zona cercana a la Sima del Llentiscle.

El frío aprieta y el viento lo intensifica. Cielo nublado. No aparece ningún rayo de sol que nos reconforte y nos dé calor.

Boca de la Sima del Llentiscle. Jose Luis.
Después de andar unos veinte minutos llegamos a la boca. Sus dimensiones nos llaman la atención. Tiene escasamente sesenta centímetros de diámetro. Montamos la cabecera y comenzamos a ir descendiendo mientras damos las oportunas indicaciones a los que se inician por primera vez en esta actividad. El calor que aflora por la pequeña entrada acelera el tránsito hacia el subsuelo y la cavidad nos acoge deseosa de dar cobijo y abrigo a este grupo de espeleólogos que interrumpen su silencio.

El recorrido en su interior es mínimo, ya que la cavidad presenta poco desarrollo. Hacemos unas cuantas fotos y comenzamos a salir. La mayoría ni siquiera utiliza al completo el equipo de ascenso: asegurados con el puño y trepando por la pared se alcanza el exterior.

La sima nos ha sabido a poco y decidimos ir a otra sima cercana, la K28. Pero eso será después de almorzar.

Como hacía viento frío decidimos recuperar fuerzas en el refugio que hay en el Mirador de Rebalsadors. Así que allí que nos fuimos.

Desde el Mirador de Rebalsadors
Como casi siempre, Jose Luis hizo un gran aporte de salchichón, chorizo, queso y otros manjares propios de la zona de la Sierra de Cazorla y, para no hacer un feo, decidimos contribuir a su degustación.

Ya recuperados, y con el cuerpo más animoso, nos encaminamos a la Sima K28. Esta cavidad está situada en la cuneta de la carretera Serra-Torres Torres, antes en el kilómetro 28 y ahora pasado el 27. No,  no es que la cueva se haya movido, sino que la carretera ha modificado su trazado.

A la cueva se accede por una boca de 1,2 x 4 metros y tras una pequeña pendiente se llega una sima de unos siete metros.

En la sala principal de la Sima K28
Existe otro acceso, al otro lado de la carretera y unos treinta metros por debajo de esta, en la que no se necesita cuerda.

Dado que no íbamos sobrados de tiempo decidimos acceder por la boca inferior. Cuando llegamos cerca del pozo de la otra entrada vimos que había un grupo de personas en la sala principal. Se trataba de un grupo familiar con jóvenes espeleólogos guiados por otro ya veterano y con los que intercambiamos saludos y comentarios.



La cueva tenía bastantes formaciones, sobre todo en la sala principal, con una espectacular colada que recorría una de las paredes y que daba lugar a un conjunto de banderas muy interesante.
Formaciones en Sima K28

Aunque la cueva es pequeña, para lo que estamos habituados a explorar, nos dejó un buen sabor de boca después de la  miniexploración de la Sima del Llentiscle.

Alrededor de la una del mediodía salimos de la cueva. El sol empezaba a asomar, el viento amainaba y el frío reducía su intensidad. La mañana había mejorado en todos los sentidos.
Fuera ya de la cueva nos despedimos unos de otros y nos acomodamos para el regreso. Pese al frío, el viento y lo poco atractivo que se presentaba el día al principio, habíamos conseguido pasar una entretenida mañana de exploraciones y sobre todo, lo más importante, habíamos estado compartiendo unos momentos todos juntos. Momentos que fortalecen la unión de nuestro grupo.

Nuevos espeleólogos, savia joven para el grupo:

Juan
Ismael
Tomás