6 ene 2014

SIMA ESCUELA O SIMA SAN JOSE (REAL DE GANDÍA)

Última salida del 2013 - Spelaion


Nuestra última salida del año nos ha llevado, de nuevo, a tierras de la Safor. Esta vez la cavidad elegida ha sido la sima de Sant Josep (o Sima Escuela, como la conocemos nosotros) situada en Real de Gandía. Algunos de nosotros ya habíamos estado aquí antes, pero hace algo más de 25 años. Por cierto, un recuerdo para el espeleólogo de la OJE de Gandía que falleció en accidente, en esta misma sima, en la década de los ochenta.


Con los compañeros del  CMEX


Como suele ser costumbre en nuestro grupo, a las 8 de la mañana ya estamos todos en el punto de encuentro establecido: Tomás, Jose Luis, Gonza, Juan y Jose. Tomamos un café y rápidamente nos dirigimos con el coche a la urbanización Monterreal, lugar donde aparcaremos y comenzaremos la aproximación a pie hasta la sima. No sabemos muy bien si por tradición (en diciembre del año pasado nos sucedió lo mismo en nuestra última salida) o por ser el día de los inocentes, pero la verdad es que nos ha costado bastante encontrar la sima, pues hemos estado más o menos una hora pateando ladera arriba y ladera abajo, hasta que por fin y gracias al GPS la hemos encontrado. En nuestra defensa diremos que, además del tiempo que ha pasado desde que estuvimos aquí, el sendero que accede a la sima está muy poco marcado en algunos sitios, lo que nos ha llevado a seguir erróneamente otro camino. Gonza y Juan son los primeros en llegar al lugar de ubicación de la sima, y exhaustos por el esfuerzo realizado, acudimos los demás. Enseguida nos damos cuenta de que hemos coincidido con otro grupo de espeleólogos, esta vez del CMEX (Xeresa). Menos mal que esta sima tiene dos entradas diferentes y nosotros habíamos pensado entrar por la que ellos no van a utilizar. 

Jose en distintas instantáneas de la instalación del pozo principal:
 
Antes de entrar
Instalando el fraccionamiento

Panorámica de la instalación




Peinando nudos






















































Preparamos todo el material personal y como ya son cerca de las 10 de la mañana, decidimos almorzar antes de entrar, y así, con la pausa, recuperamos algo de fuerzas, pues el ascenso ha sido "durillo". Como ya es habitual, para almorzar variedad de quesos y embutidos de Cazorla que trae nuestro compañero Jose Luis.



Juan fraccionando
Acto seguido y sin perder tiempo, nos ponemos manos a la obra, Jose instala la cuerda y "p'abajo" que a eso hemos venido. Como ya se menciona arriba, esta cavidad tiene dos bocas de entrada, una más amplia que da a un P-40 y otra algo más reducida, a unos 30 m de la primera, que se abre sobre un P-20, y que es por la que vamos a descender nosotros.




Juan bajando




Esta boca tiene un diámetro aproximado de 1 metro más o menos y da paso a una sala de grandes dimensiones, a cuya base se llega después de bajar 20 m. Para la cabecera hay dos parabolts de inox situados algo más arriba de la boca, y tras bajar unos 2 metros, hay otros dos para poder fraccionar. El rozamiento de la cuerda en este primer tramo es bastante inquietante, por lo que decidimos poner dos protectores para minimizarlo. Tras este fraccionamiento, se baja completamente en volado hasta la base de esta primera sala (P-20).

Gonzalo en el volado



















 
Tomás y Jose en la galería superior
Una vez llegados a la base y justo en la pared de enfrente, hay una galería elevada unos 6 o 7 m del suelo y por donde continuamos la progresión. Para acceder a ella, encontramos una cuerda instalada que parece estar en buen estado. Como no nos fiamos demasiado, decidimos que use esta cuerda sólo el primero en subir y que, una vez arriba, instale una de las nuestras para poder ascender con total seguridad. Para ello utilizamos un puente de roca bastante grande y una plaqueta de inox que ya hay instalada y que se ve en muy buen estado. Uno tras otro vamos ascendiendo a esta galería, en la que también hay ya instalado un pasamanos que conduce hasta el siguiente pozo. Jose y Tomás se adelantan para instalar la siguiente cuerda mientras Jose Luis va haciendo fotos de la cavidad y de la progresión de los demás compañeros (luego no bastará con contar que hemos venido, habrá que demostrarlo con las fotos).
Juan subiendo y Gonzalo al fondo
















El siguiente pozo, de unos 18 m y que está instalado con spits, se abre sobre una pared con bastante inclinación que nos obliga a fraccionar a los 3 metros para evitar rozamientos. Desde aquí el descenso es muy cómodo y limpio, y nos sitúa en una sala donde se realiza la unión con un paso que lleva a la otra boca (la del P-40) y una gatera algo estrecha pero muy cómoda que, tras bajar un P-7, lleva a una pequeña sala cuya base se encuentra inundada por un acuífero, en el que, según dicen, pudiera haber continuación.


El segundo pozo



















Nosotros llegamos hasta la cabecera de este P-7 pero decidimos no bajar, ya que aquí hemos coincidido con el otro grupo y no disponemos de mucho tiempo, así que tras un rato de conversación y de cambio de impresiones, cada grupo se dispone a deshacer el camino andado y regresar por donde ha venido.
Jose Luis en la unión con el P-40


El camino inverso lo vamos recorriendo sin más incidente que el cansancio acumulado tras la pateada mañanera que nos hemos dado, pero las bromas y las anécdotas que nos vamos contando unos a otros, nos lo hacen olvidar casi por completo. Por fin llegamos todos arriba y vamos recogiendo el material, mientras vamos pensando ya en cual será la siguiente.


Gonzalo en la gatera de acceso al P-7
Para evitar volver a meter la pata, decidimos hacer el camino de vuelta hasta el coche guiados por los espeleólogos del CMEX, ya que conocen esta zona bastante mejor que nosotros. Desde aquí les damos las gracias por sus indicaciones, tanto en la cavidad como en el sendero. Todavía hoy es posible encontrar buena gente, incluso bajo tierra.


Tomás subiendo
Llegamos al punto de partida sobre las 2'15 de la tarde, donde nos despedimos, nos felicitamos el "inminente" año nuevo y también nos acordamos de nuestro compañero Juanma, que hoy no nos ha podido acompañar, y al cual hemos echado de menos durante toda la mañana. De camino a casa, como siempre, vamos pensando ya cual será nuestro siguiente objetivo, cual será nuestro nuevo destino, y, sobre todo, ¿se seguirá escuchando el silencio ahí abajo en 2014?.
 
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