Según la leyenda , la cueva se utilizó durante muchos años como santuario ya que en su interior se encontraba la figura de un caballo. Hasta aquí venían cristianos y musulmanes, en romería, para pedir salud y favores; el papa Calixto III (según se cuenta) ordenó destruir el caballo y que taparan la entrada de la cueva.


A las ocho de la mañana quedamos todos en la entrada de Olocau para iniciar una nueva exploración. Esta vez nos acompañaban Gonzalo, David y Jose Luis.


Jose inicia la exploración y va montando, le siguen David y Juanma, luego Gonzalo y Jose Luis y cierra Tomás.
Una vez dentro comenzamos a explorar e intentar localizar la continuidad de la cavidad. No es muy díficil ya que están bastante señalizados los puntos en donde hay que anclar.
El recorrido se hacía algo lento. Las causas varias: había que buscar el camino correcto, eramos seis, nos teníamos que pasar parte del material ya que no todos teníamos el material individual completo y había que revisar y dar indicaciones sobre las técnicas de ascenso y descenso. Sin embargo el tiempo se pasó rápidamente, señal inequívoca de que lo estábamos pasando bien. Almorzamos en el interior de la cueva, en donde íbamos de rapel en rapel, con algún que otro fraccionamiento, algún desviador ocasional, alguna chimenea que realizar,... y muchas fotos que lanzar.Sobre las tres de la tarde terminamos la exploración y a las cuatro ya estábamos montados en los coches para retornar a casa.
Allí, en Olocau, se quedó el caballo, en las profundidades de la tierra...."donde se escucha el silencio".

mis felicitaciones valencianos, me habeis hecho disfrutar de la cavidad con vuestro relato. Gracias y a seguir
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