Tras el paréntesis
obligado por las Fallas y Pascua, recuperamos la actividad
espeleológica por las cavidades de nuestra Comunidad. Esta vez hemos
elegido el "Avenc del Conill" que tiene un recorrido de 160
m y una profundidad máxima de unos 44 m.

Enseguida nos ponemos en
camino hacia el lugar donde se encuentra la cavidad, la cual habíamos
localizado anteriormente para evitar pérdidas de tiempo. Poco antes
de las 9'30 h estamos ya equipados en la boca de acceso, pero
decidimos almorzar antes para no tener que parar en mitad de la
exploración. Para este menester, y como ya viene siendo costumbre en
nuestro grupo, Jose Luis viene provisto con quesos y embutidos de la
Sierra de Cazorla, un manjar que todos apreciamos y del que damos
cuenta al momento.
Una vez terminado el
almuerzo, y tras hacer algunas fotos, nos disponemos a adentrarnos en
la sima que presenta una boca de muy reducidas dimensiones (aprox.
unos 25 x 35 cm) y que, además, se encuentra cubierta por una reja
de fundición, de esas que hay en las calles para el agua de lluvia.
La estrechez de la abertura dificulta un poco el paso, especialmente
a los más corpulentos, pero enseguida se hace pie en una pequeña
sala con unas dimensiones más cómodas. Desde esta sala se inicia
una galería descendente en forma de túnel de unos 10 o 12 m de
longitud. En el inicio de la rampa instalamos la cuerda, anclando en
un bloque de piedra situado en el medio de la sala de entrada y un
parabolt que hay a su derecha, para descender de forma segura.
Al finalizar la rampa, se
llega a la cabecera del primero de los dos pozos que encontramos en
la cavidad. Se trata de un P-8 que termina en una pequeña plataforma
y desde la cual se enlaza, a la izquierda con el segundo pozo, de
unos 10 m de profundidad. Los pozos se desarrollan hacia la izquierda
por lo que los anclajes instalados se encuentran también a este
lado. Esto dificulta un poco la progresión y hace que resulte un
poco incómoda. También obliga a ir instalando algunos desviadores
ya que los roces de la cuerda son bastante frecuentes.
La base del segundo pozo es bastante amplia y desde ella se accede, a través de una pequeña rampa descendente, a la "Sala del Balcó" que es, en nuestra opinión, la más bonita de toda la cavidad ya que se encuentra repleta de formaciones de todo tipo y en unas condiciones de conservación verdaderamente extraordinarias. Nada más entrar en esta sala, y debido a que el suelo presenta dos niveles diferentes, se tiene la sensación de estar en un mirador desde donde se tiene una vista excepcional de la misma, de ahí su nombre.

A partir de este punto
iniciamos el ascenso hacia la salida, recuperamos todo el material
instalado y volvemos a pasar por el angosto agujero de la boca, que
esta vez resulta un poco más costoso.
Después de salir y
mientras nos vamos desequipando, comentamos que ésta ha sido una de
las cavidades más bonitas que hemos visitado en cuanto a
formaciones, pero que la ubicación de algunos de los anclajes
instalados no nos ha parecido muy correcta, pues nos han hecho más
incómoda la progresión por los pozos.
