Topografía Sima del Toro |
El pozo de 35 metros |
(Adptación crónica Jose Luis)
Los espeleólogos somos parte de la sociedad. Hay quien diría que parte “un poco rarita”, pero al fin y al cabo parte de la misma, y muchas veces no nos podemos abstraer de participar en tradiciones, celebraciones y fiestas de nuestra cultura social.
Los espeleólogos somos parte de la sociedad. Hay quien diría que parte “un poco rarita”, pero al fin y al cabo parte de la misma, y muchas veces no nos podemos abstraer de participar en tradiciones, celebraciones y fiestas de nuestra cultura social.
Fraccionando |
Nadie había caído en un principio
en el día en el que salíamos a realizar esta exploración (semana de difuntos). Simplemente Josep nos
urgía que tenía que hacer tomas para el vídeo reportaje y nosotros elegimos al
azar esta Sima del Toro como bien podíamos haber elegido otra. Pero, ¿realmente esto era así?, ¿era
mera casualidad haber elegido aquella sima?. Nosotros pensábamos que sí, pero
los senderos de la vida muchas veces te conducen a situaciones que realmente y
a posteriori te dejan algo frío y perplejo.
Josep con la cámara |
"Hoy no es nuestro día", protestaba
amargamente Jose cuando, después de habernos pegado un subidón antológico hasta
el Plá del Toro, no hacíamos más que pegar vueltas y vueltas por aquella
escarpada meseta buscando la citada sima. Después de haber ascendido hasta allí
por un sinuoso y empinado sendero no apto para cardíacos, no había forma de
encontrar la dichosa boca de la sima.“Hoy no es nuestro día”, repetía Jose, “esta comenzando a anochecer y nosotros sin encontrar la
puñetera sima, ¡¡pero si la boca mide mas de 15 metros !!.
Definitivamente hoy no es nuestro día.”
Jose Luis protestaba amargamente: “siempre
igual, años de práctica de espeleo y recuerdo que siempre nos ha pasado
lo mismo, nos volvemos locos buscando las entradas a las simas… ¡Pues nos quedan
menos de 20 minutos de luz...!”
Habitante de la sima. |
Gonza trasteaba incesantemente con
su móvil de ultima generación, y no hacía más que menearse de un lado a otro de
manera que parecía estar nervioso, y en ese momento dice: “¡ya está, tengo
cobertura de Internet y termino de enlazar con una página Web que da otra
descripción de la localización de la sima!” Gonza nos empezó a leer y fue
cuando alguno que otro caímos en el error. Nos habíamos pasado el cruce de la
sima. Habíamos subido demasiado. Las coordenadas de GPS que teníamos y que nos
habíamos bajado de la red no eran las correctas. Jose salio rápidamente del
error: “las coordenadas que han colgado son las coordenadas del Plá del Toro y
no las de la Sima del Toro”. Gonza nos leyó nuevamente la
descripción y ya tuvimos claro que nos habíamos pasado el cruce.
Estudiando la topo |
Jose fue controlando
la altitud con el GPS, ya que era la única referencia que figuraba en la
descripción de la ruta de Gonza y comenzamos a desandar el sendero. En 15
minutos, casi a oscuras y alumbrándonos con los cascos puestos, identificamos
el cruce que coincidía con la altitud marcada y a los pocos metros localizamos
la boca de la sima. Allí estaba, cubierta de densa y
tupida vegetación, lo cual nos hacía ver
que esa sima hacia bastante tiempo que no se exploraba.
Gonzalo durante la exploración |
Pronto Jose comenzó la instalación
de cabecera y equipó rápidamente el acceso a la sima. Él mismo comenzó a descender. Era
ya noche cerrada, hacia frío, y todos estábamos deseando bajar para entrar en
calor. A los escasos metros de bajada Jose se dio cuenta de que habíamos
equipado por el lugar menos adecuado pese a que habían 4 spits colocados, así que decidió
cambiar de aparatos subir los escasos metros que había descendido y reequipar
en otra parte de la boca que fuera mas propicia, ya que aquí la cuerda rozaba
peligrosamente. No tardamos mucho en tener
preparado el otro punto, montar la cabecera y comenzar a descender.
Trepando por la pared |
El pozo que había que bajar era de
unos 35 metros, con tres fraccionamientos intermedios. Fue al llegar al fondo del pozo
cuando nos encontramos con la placa mortuoria colocada en la pared:“ A Ernesto Llopis López
10-12-1961 S.E.S. “ Se trataba
de un espeleólogo que se había matado en esta sima en diciembre del año 1961. ¡¡Menuda impresión encontrarnos
con aquella placa allí!!En ese momento alguno llegó a
pensar “¡que casualidad y nosotros aquí en el día de los Santos Difuntos!. Tal
vez el destino lo quiso, pero mira por donde este año hemos cumplido contigo y
te hemos venido a “visitar” el día de Difuntos como marca la tradición de
nuestro país”.
Ninguno hicimos comentarios al
respecto por aquello de las supersticiones, aunque la placa francamente
impresionaba.
La exploración de la sima nos gustó
bastante, es una lastima que sus bellas formaciones estén tan secas y
fosilizadas ya que en su día cuando el agua discurriera por ellas debían de ser
francamente más bellas aun. Sorprendía mucho ver lo secas que estaban las
formaciones pese a que en algunos sitios si que encontramos una cantidad discretísima
de agua.
Subiendo |
Todos nos divertimos y disfrutamos
bastante. Josep filmó muchas tomas para el futuro reportaje, y poco a poco nos
dimos cuenta de que había llegado la hora de salir.
Salimos todos sin más complicación
que el cansancio lógico que a acumulábamos después de todo un día de trabajo
que se había prolongado hasta las dos de la madrugada.
Alguno reconoció horas más tarde
que cuando estaba sentado bajo la placa esperando el turno para salir, no pudo
evitar rezar para sus adentros una oración en memoria de “Ernesto Llopis López“.
Agua con formaciones |
Mientras esperábamos el turno para la salida algunos matábamos el tiempo cantando viejas canciones de espeléologos y
campamentos. Tomás fue el último en salir y fue desmontando toda la cordada.
Estalactitas |
Formaciones fósiles |
Regresamos a los coches por la senda
endemoniadamente inclinada y alumbrándonos otra vez con nuestras instalaciones
de los cascos.
Era noche cerrada. Cinco espeleólogos
por un sendero. Un perro aullaba y ladraba a lo lejos... y en ese momento, comenzó
a llover. Alguien murmuró otra vez: “definitivamente hoy no es nuestro día”.
Otros seguramente no estarían muy de acuerdo.
Adiós Ernesto Llopis López, te dejamos en los reinos de las
profundidades, “DONDE SE ESCUCHA EL SILENCIO”.
Placa en la base de la sima |