Antes de la exploración |
La Cova de l'Aigua está situada en el límite entre los términos municipales de Carcaixent y Simat de la Valldigna, a 3 km de La Barraca d'Aigües Vives, en las montañas del Realengo.
Al igual que
hicimos la última vez, quedamos el viernes después del trabajo. Esta vez el
punto de reunión fue en Xátiva, donde acudimos Jose, Juanma, Rafa, Josep y
Tomás.
Juanma antes de un descenso |
Tras hora y media
andando bajo un sol abrasador, llegamos a la entrada. Esta consiste en una
amplia boca de 7 x 2 metros, con mucha vegetación, y que comunica con una
pendiente de unos 15 metros. La cueva, al no tener una entrada con pozo es frecuentada
por los senderistas y ciclistas de montaña que se acercan por los alrededores.
Después de pegar
un bocado, nos pusimos los artilugios y comenzamos la exploración. La primera
dificultad que nos encontramos fue un destrepe, de unos ocho o nueve metros,
que superamos con un rapel.
Rafa bajando |
Al final de la
sala llegamos a un punto donde comenzaba un pozo que, aunque está marcado como de
40 metros escalonado, la verdad es que es más una concatenación de pequeñas
simas, algunas más largas que otras. En algunos puntos incluso llegamos a
fraccionar.
En el punto final
había que ascender unos cuantos metros para llegar a una sala en la que
descansamos un poco.
Juanma y Josep en uno de los pozos |
A partir de aquí
toca regresar y poco a poco vamos superando el desnivel. En algunos puntos
incluso Jose se permitía subir sin la cuerda…y es que, el que es un gato…
Finalmente,
llegamos nuevamente a la salida cuando estaba anocheciendo, así que salimos al
exterior para quitarnos el equipo aprovechando la poca iluminación natural que
aun quedaba.
El regreso se
hizo mucho más cómodo, ya que ahora la temperatura era mucho más llevadera. Cuando
llegamos a los coches nos despedimos unos de otros y comenzamos el regreso. A
casa llegamos pasada la medianoche.
A destacar varias
cuestiones. En primer lugar Jose Luis y Gonzalo, a pocos días de la salida, nos
comunicaron que no podrían venir como consecuencia de una operación en la
familia; así que esperamos que vaya todo bien y que la recuperación sea rápida.
También echamos de menos el “avituallamiento” que nos hace Jose Luis: los
chorizos de ciervo, el salchichón de jabalí, el queso….que tan bien saben allá
abajo.
Por otra parte
destacamos también que esta fue la primera exploración espeleológica de Josep,
que se vino con nosotros para ver las posibilidades de grabación en video de
este mundo subterráneo. A él hay que darle un diez, pues se portó
estupendamente, bajando, subiendo, andando…sin poner ninguna pega y facilitando
la actividad, hasta el punto que fue uno más del grupo. Esperamos que se lo
pasara bien y que nos acompañe más veces.
Dejamos algunas
fotos y un enlace a unas de las pruebas de video que hizo.
En la última sala |