13 nov 2019

DE VUELTA A LA SIMA DEL PERRO (BARX)




En la boca de entrada
El pasado domingo día 10, y coincidiendo con las elecciones generales, volvimos a salir “de cueva”. Una ocasión más para juntarnos y desplegar las cuerdas.

En esta ocasión se unieron al grupo algunos compañeros nuevos que nos habían solicitado compartir este tipo de actividades con nosotros, ya sea para iniciarse en la práctica de la espeleología o bien para retomarla después de muchos años de parón. Algunos de ellos (Noé, Carlos y Aure), forman parte desde ya de nuestro grupo, así que ¡Bienvenidos a escuchar el silencio!

Por todo ello, decidimos volver de nuevo a la Sima del Perro en la localidad de Barx, y en la que ya estuvimos en mayo del pasado año. Se trata de una cavidad de fácil localización, buen acceso y que no requiere de muchas horas para su instalación y exploración.

Acordamos que el punto de encuentro sería la entrada de Barx así que, con puntualidad británica, allí estábamos todos a las 9 de la mañana. Algunos más madrugadores incluso llegaron un poco antes. Esta vez acudimos a la cita un total de 6, venidos desde varios puntos de Valencia y Alicante: Tomás desde Valencia, Aure y Carlos desde Vinalesa, Jose desde L'Ollería, Noé desde Beniarjó y Joselu Beltrán desde Novelda.



Esperando en la boca del pozo de 40 m


El día se presentaba con viento fuerte y bastante molesto, así que tras los saludos correspondientes, nos reagrupamos todos en dos coches y, tras cargar todo el material, partimos sin más demora hacia la boca de la sima. La aproximación en coche dura algo más de 5 minutos, ya que las boca de acceso se encuentra a unos 2 o 3 km de la población. Tras aparcar y comprobar que llevábamos todo el material necesario, tanto individual como de instalación, nos sentamos al abrigo del margen donde está situada la boca de la sima para almorzar a resguardo del viento, que soplaba frío y avisando de que ya se va acercando el invierno.

Después de haber dado cuenta de los bocatas, continuamos con el "ritual" de siempre: colocar el equipo individual, comprobar que todo está bien ajustado y en su sitio, verificar los sistemas de iluminación y...¡como no! la foto de grupo de antes de entrar (¡Hombre, habrá que demostrar que hemos estado allí!).
José equipando
Aure bajando






















Nada más entrar por la boca de acceso aparece, hacia la derecha, un paso descendente bastante estrecho que desemboca en un resalte de unos 4 m equipado con 2 spits en su cabecera, ya que es preferible bajarlo con cuerda. Seguidamente nos encontramos con el primero y más profundo de los dos pozos que presenta esta cavidad. Se trata de una vertical de unos 40 m que desciende por una pared algo inclinada, lo que hace el descenso algo más cómodo y seguro. Este pozo está equipado con anclajes de tipo químico y dispone de 3 fraccionamientos a lo largo de su recorrido, situados todos sobre repisas con buenos puntos para colocar los pies y pasarlos fácilmente. A pocos metros de la base del P40 se encuentra la cabecera del tercer pozo, esta vez de 10 m de profundidad, que alcanza la cota más profunda de la cavidad (62 m).

Noé a punto de bajar
Carlos bajando el pozo de 40























Bueno, dejando a parte las cuestiones técnicas, decir que fue un día más en el que pudimos disfrutar de la espeleo junto a los compañeros nuevos y en el que también echamos en falta a los de siempre, que esta vez no pudieron asistir. En definitiva, una ocasión más para escuchar el silencio, allí ..., abajo …, en las profundidades de la Tierra.

PD: claro está que tras salir de la sima y recoger todo el equipo nos fuimos al pueblo a tomas unas cañas... como debe ser.


En la cota más baja

26 ago 2019

UN DÍA DE AGOSTO - SIMA BLANCA (FONT D'EN CARRÓS)


 

- Oye, que digo yo, que podíamos aprovechar e ir un día de este mes de agosto a una cueva.

- Vale, ¿a qué cueva?

- Pues podíamos ir a la Sima Blanca en la Font d’En Carrós, que hace tiempo que no vamos.

- Y se lo podemos decir a Noé y a Aure que dijeron que les gustaría hacer espeleo.

- De acuerdo entonces. Nos podemos ir el sábado 24.

- Pues lo vamos moviendo…

Antes de entrar

Dicho y hecho. Esta vez Jose Luis no podía venir por cuestiones laborales (se le echó de menos), así que el día 24 acudíamos a la Font d’En Carrós para realizar una nueva exploración de la Sima Blanca. Quedamos a las 9:00 y una vez estuvimos los cuatro (Noé, Aure, José y Tomás) nos montamos en uno de los coches y nos acercamos a la zona del pueblo más cercana a la Sima. Allí dejamos el coche, cargamos con los pertrechos y comenzamos el camino hacia la cueva.

La verdad es que nos costó un poco encontrarla, pues aunque ya hemos estado un par de veces, hacía seis años que no la visitábamos y la memoria a veces te crea malas pasadas. Pero bueno, al final dimos con ella.

Antes de entrar, y para reponer fuerzas tras la búsqueda de la boca, dimos cuenta de los respectivos almuerzos.

José, nuestro instalador oficial, comenzó a equiparla y mientras, el resto nos ajustábamos los equipos.

La pequeña boca de entrada (bota en parte inferior para apreciar tamaño)
La Sima Blanca presenta un pequeña boca de escasos 50 cms de diámetro que da acceso al primero de los pozos, de 19 metros. Es un pozo que tras la estrechez de los primeros dos metros, se va abriendo progresivamente en forma de campana. Un desviador puesto cercano a la boca nos permite bajar en óptimas condiciones.

Al final de esta vertical de 19 metros, colocamos un fraccionamiento para continuar bajando por una pronunciada rampa de unos 10 metros que desemboca en otra pequeña vertical de 3 metros que hace necesario fraccionar otra vez.

Tomás entre diversas formaciones
Una vez llegados a este punto, la base del pozo de entrada, tenemos varias alternativas. Ir por la izquierda a una sala que reúne la zona con más formaciones de la cavidad, ir por la derecha a buscar el pozo del acuífero o ir por el centro a bajar el pozo intermedio que nos lleva a la sala del Conejo.

Noé y Aure al pie de una bonita colada

Finalmente decidimos hacer este último. Mientras José equipaba el pozo, Aure, Noé y Tomás fueron a ver la cabecera del pozo del acuífero que se encuentra a la derecha del pozo intermedio y que, tras un destrepe de un par de metros se llega a ella.

José equipando el pozo intermedio
También aprovechamos para realizar alguna que otra foto de los alrededores, como por ejemplo esta de una bella colada que hay en la base del pozo de entrada.




El pozo intermedio comienza con un descenso de 5 metros que, tras llegar a una repisa, va aumentado el desnivel conforme se avanza por ella, siempre con cuerda y rapelando. Tras unos metros más se llega a la cabecera de una vertical de 13 metros. Allí, con la misma cuerda, fraccionamos e iniciamos el descenso del último obstáculo que nos separa de la Sala del Conejo, punto más bajo de este pozo.

Una foto más para inmortalizar el momento y comenzamos la ascensión. El primero en subir es José, luego Aure, después de él sube Noé y Tomás, el último, va desmontando.

En la sala del Conejo
La subida del pozo intermedio se realiza sin ninguna complicación, por lo que en poco tiempo estamos otra vez en la base del pozo de entrada. Una vez aquí, recogemos las cosas que nos habíamos dejado, preparamos las sacas y para arriba.

Aure subiendo por el pozo intermedio
Este segundo ascenso es un poco más cansado, ya que junto al cansancio acumulado por lo realizado se añade que es mayor la distancia y que los últimos metros se angosta y es preciso realizar un esfuerzo mayor. Pero bueno, nada que nos impida volver al calor del exterior, ya apreciable cuando estamos próximos a la salida.

Después de terminar de desmontar y recoger el equipo, volvemos a realizar el camino de vuelta hasta el coche. Son las 14:00 y el sol aprieta.

Momento de empezar a recoger
Llegado ya al coche, nos montamos en él para volver a donde teníamos el resto de vehículos. Una vez allí y antes de despedirnos, buscamos un bar donde tomarnos algo fresquito, pero al no encontrar ninguno abierto, nos compramos unas latas y en un banco cercano (y a la sombra) nos refrescamos por dentro, ya que por fuera hacia calor.

Ha sido esta una jornada interesante y productiva; por un lado, nos ha servido para retomar la espeleo, algo abandonada últimamente y, por otro, ha permitido que tanto Noé como Aure comenzaran también... a escuchar el silencio...

Una más

25 feb 2019

PREPARANDO NUEVAS HUELLAS - SIMA DEL BARRO (SERRA)





Fría y ventosa mañana de febrero. El grupo Spelaion se prepara para realizar una nueva exploración a la Sima del Barro, conocida también como Sima del Pla de les Llomes.
Es esta una sima que, por sus características, nos vendrá muy bien para el curso de iniciación a deportes de aventura “Nuevas Huellas 2018”, por lo que decidimos hacer una visita de reconocimiento y evaluación.

Quedamos, como siempre, en el propio pueblo de Serra. Es domingo muy temprano y sin embargo hay mucha actividad: senderistas, runnings, turistas...cada vez es más difícil salir a la montaña y no encontrarte a nadie, menos mal que aun nos queda la soledad deseada de una cueva.

Tras un corto café en un bar cercano, iniciamos el ascenso hacia el Garbí. Pasados los nidos de ametralladora llegamos a la zona de aparcamiento frente a la loma en donde se encuentra la boca.

Nos acercamos a echar un vistazo y, tras encontrarla, volvemos al coche a disfrazarnos de espeleólogos. Bien. Damos el pego.

La sima no es muy grande, pero tenemos que pensar que la próxima vez que vengamos lo haremos con chavales que es muy posible que nunca hayan bajado a una cueva, por lo que tenemos que evaluar diferentes aspectos como la seguridad, la comodidad en el descenso, anclajes, etc.


Paralelamente a la equipación de la sima realizamos alguna que otra foto y vídeo para luego realizar la promoción de la actividad.

Con la cuerda ya dispuesta para el descenso, comenzamos a bajar.

Se agradece el cambio de temperatura.

Una vez dentro, nos quitamos el equipo y comenzamos la exploración. Lo primero que encontramos es el tobogán en forma de caracol que realizamos sin la mayor dificultad y que estimamos tampoco será un gran obstáculo para los cursillistas.

Seguimos la ruta por el interior de la cavidad y llegamos al punto de mayor dificultad, un destrepe de unos 5 metros y que se encuentra con algún que otro anclaje. El descenso se puede realizar comodamente haciendo chimenea por su lado derecho, pero la propia disposición invita a que cuando la hagamos, la realicemos con un cuerda de seguro. Seguridad ante todo.

Más adelante se va estrechando hasta llegar a un paso con una amplia gatera que nos permitirá también practicar este tipo de osbtáculos.

Llegados al final del recorrido, es el momento de volver sobre nuestros pasos.

Al llegar al destrepe comentado anteriormente, vemos que si para bajar, lo mejor era hacerlo con la técnica de chimenea, ahora, para subir, lo más recomendable es realizar el ascenso por el otro lado, cosa que así hicimos.



Llegamos finalmente al tobogán, que superamos sin dificultad. Realmente la cueva no presenta muchas complicaciones y pensamos que puede ser atractiva para los chavales, ya que tiene un poquito de todo: un pozo para practica rappel, chimenea, gatera, destrepes...y además la cueva cuenta con algunas formaciones interesantes, especialmente la gran pared de coladas que hay en su interior.

Llegados al pie del pozo de acceso comenzamos a prepararnos para subir. El ascenso es rápido puesto que son pocos metros. Antes de irnos, concretamos algunos aspectos de la próxima visita y hacemos las fotos de rigor que inmortalizan nuestra presencia en estos lares.

Tras guardar los trastos y volver a vestirnos como personas, regresamos por donde habíamos venido. Antes de entrar en Serra, hacemos parada para tomarnos un pequeño aperitivo distendido previo a la comida dominical. Todo se ha desarrollado según lo previsto.
Así, entre unas cosas y otras hemos pasado la mañana del domingo en buena compañía (como siempre) y alejados del mundanal ruido del exterior.

Una vez más nos hemos reecontrado con las entrañas de la tierra para poder escuchar el silencio.