23 oct 2013

SIMA DEL PUNTAL DE MATEU (NÁQUERA)



Sima del Puntal de Mateu
Hacía 4 meses desde nuestra última salida a la SC-16 así que, una vez pasado el verano y las vacaciones, tocaba ya ponerse el mono y volver a las andadas. Decidimos que esta vez sería la sima del Puntal de Mateu, en Náquera, la cavidad que iríamos a visitar, pues hacía escasos días que había terminado su periodo de cierre por la cría de murciélagos.


Una vez elegida la sima, nos pusimos a buscar información de la misma y de cómo localizarla, pero la búsqueda no nos dio demasiados resultados. Nos sirvió de gran ayuda la información que encontramos en el blog "Vía Subterránea" de Jose Manuel Ros, y con quien coincidimos en la cavidad. Desde aquí queremos reconocer y agradecer enormemente su trabajo de catalogación y topografía de las simas y cuevas de esta zona, y animarle a que siga adelante en esta tarea tan provechosa para el todo colectivo espeleológico.


Gonzalo y Juan
Siguiendo con la sima del Puntal de Mateu, cabe destacar que se desarrolla sobre una fractura abierta en dirección NO/SE y que carece de formaciones interesantes. Para llegar hasta ella hay que tomar el camino que va desde Náquera a la Font de l'Or y continuar en dirección hacia el Salt del Pí, tomando seguidamente un camino que sale a la izquierda. Una vez se llega a la base del Puntal de Mateu, hay que aparcar el vehículo y seguir la senda que sube hasta la cima del mismo y desde la que se ve una pequeña depresión un poco más abajo, a la derecha, donde se encuentra la boca de la sima. Ésta está rodeada por una valla metálica cerrada con una puerta y un candado. 


Gonzalo, Juan y Tomás
Nosotros quedamos, como casi siempre, a las 8 de la mañana en la entrada de Náquera y, una vez que estuvimos todos los que habíamos confirmado la asistencia: Tomás, Jose Luis, Gonza, Juan y Jose, cargamos todo el materia en un coche y nos dirigimos en busca del Puntal, dispuestos a "patear" monte arriba para encontrar la boca y dar comienzo a esta nueva aventura. La encontramos enseguida, ya que Jose Luis estuvo, unos meses antes, de reconocimiento por la zona para localizarla y así poder ir a lo seguro.


Nada más llegar, comenzamos a equiparnos y seguidamente Jose procedió a instalar la cuerda para empezar el descenso. Lo tuvimos que hacer por una segunda vía, ya que encontramos allí a Jose Manuel Ros haciendo trabajos de topografía, por lo que tuvimos que compartir la bajada e intentar molestarle lo menos posible. Él, por su parte, nos cedió amablemente su cuerda para que pudiésemos bajar y subir de dos en dos, con lo que ganamos rapidez en la progresión vertical.


Jose Luis "concentrado"
La boca tiene una longitud de casi 2 m y una anchura de unos 80 cm, lo que hace que el descenso resulte algo estrecho en los primeros metros del primer pozo, que tiene unos 40 m más o menos de profundidad. Este P-40, en el que tuvimos que instalar tres fraccionamientos, termina sobre una base bastante resbaladiza, repleta de derrubios que seguramente se han ido precipitando desde el exterior, y que presenta una rampa de gran inclinación a cada uno de sus lados.


Una vez que llegamos todos abajo, continuamos en dirección SE, es decir, hacia nuestra derecha, bajando la rampa resbaladiza y repleta de piedras sueltas que termina en un punto donde aparece a la izquierda una pequeña sala y a la derecha continúa la fractura enlazando con la cabecera del segundo pozo.


Llegados aquí, decidimos almorzar en el interior de esta pequeña sala para reponer algo de fuerzas y conversar un poco. Como ya es habitual en nuestro grupo, Jose Luis se encargó de traer su repertorio de quesos y embutidos de la Sierra de Cazorla, así que nos pusimos manos a la obra.


Jose en la cabecera del segundo pozo
Terminado el almuerzo, procedimos a instalar la cabecera del segundo pozo, de unos 28 m de profundidad y en el que instalamos un fraccionamiento para evitar rozamientos. Durante todo el recorrido por la cavidad avistamos un número importante de murciélagos yendo y viniendo de aquí para allá, pero fue en este segundo pozo donde había más concentración de ellos; incluso algunos llegaban a pasar rozándonos la cabeza en algunas ocasiones. Tras llegar a la base del pozo, exploramos un poco la grieta para ver si había continuidad por algún lado, pero pudimos comprobar que no era así o, al menos, no era practicable, así que nos dispusimos a "desandar lo andado". Primero subió Jose, seguido de Jose Luis, Juan y Gonza, quedando esta vez Tomás en último lugar para ir desinstalando y recogiendo el material.


Tras salir todos al exterior, y después de beber algunos tragos de agua para recuperar el resuello, nos hicimos la correspondiente foto de grupo y empezamos a recoger todo el equipo en las sacas para marcharnos. Cabe destacar que se echó de menos a los compañeros que no pudieron asistir a esta salida, y a los cuales esperamos ver en la próxima.


La foto de grupo a a la salida
Bueno, hasta aquí una más de nuestras historias, una más de nuestras salidas, de esas, de las que nos llevan a "escuchar el silencio" en las profundidades.


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