1 nov 2011

SIMA BLANCA (LA FONT D'EN CARRÒS)

El día 1 de noviembre realizamos la exploración de la Sima Blanca, situada en La Font d'En Carròs.
Es esta una cueva que presenta una boca de reducidas dimensiones y que se encuentra bastante cerca de la población.
Nada más llegar y reconocer el terreno almorzamos junto a la boca de la sima.
Después de equiparnos y de hacernos la foto de rigor, iniciamos la bajada situando un desviador a pocos metros de la boca.
La angostura de los primeros metros pronto se queda atrás y va aumentando progesivamente la amplitud conforme se desciende. Tras 19 metros de rappel se llega al comienzo de una rampa, (donde montamos un fraccionamiento) que desembocará en una pequeña vertical de 3 metros y que nos sitúa en lo que podríamos llamar la base del pozo de entrada. En total desde la cabecera hasta este punto ha sido necesario instalar tres desviadores y un fraccionamiento.
Nos encontramos ahora en la zona más seca de la cavidad y en donde podemos establecer varios recorridos.


La cavidad, según la descripción y la topografía que llevamos y cuya autoría es de Ricardo Bolta del C.E.G., presenta dos zonas diferentes. Por un lado la zona del acuífero, donde el nivel freático está establecido a unos 71 metros; y por otro la denominada Sala del Conejo a unos 66 metros de profundidad. Ambas cotas no se comunican entre si, por lo que para acceder a ellas se siguen caminos diferentes que parten de la sala principal en donde nos encontramos.

Para ir a la Sala del Acuífero hay que bajar un pozo al que se puede llegar por dos caminos diferentes. El primero atraviesa una bonita sala con diversas formaciones a la que se accede por la parte izquierda de la sala principal. Y el segundo camino comienza a la derecha de esta sala y que tras un destrepe de unos 3 metros y unos cuantos más de recorrido horizontal, da acceso a la cabecera del mismo pozo antes referido y que tiene una longitud de 33 metros. Nosotros intentamos encontrar la cabecera del pozo a través del primer camino pero, al no encontrarla, decídimos iniciar la bajada a la Sala del Conejo, cuya localización estaba más clara, a través del denominado Pozo Intermedio.
A la Sala del Conejo llegamos tras bajar rapelando, con diferentes dificultades, desviadores y fraccionamientos. El último pozo, de 13 metros, nos sitúa en una sala de escasas formaciones, pero con unas dimensiones interesantes.

El ascenso y desmontaje de este pozo nos devuelve a la sala principal e iniciamos la exploración del segundo camino, antes referido, que conduce al acuífero. No es nuestra intención bajarlo en ese momento, pues el tiempo empleado al principio nos ha retrasado la exploración y no disponemos de tiempo para bajar. Lo que queremos es situarlo (cosa que hicimos) para así, en una próxima visita, acceder a él directamente y no perder tiempo en su búsqueda.
Una vez situados otra vez en la sala principal iniciamos el ascenso, estando todos fuera a las dos y media.

Todos coincidimos en que nos ha gustado y lo hemos pasado bien, pues resulta entretenida con los diferentes pasos y posibilidades. Una cosa a destacar, pero en sentido negativo, es que encontramos bastantes restos óseos de perros que, como ocurre en otros sitios, son arrojados a la sima, por personas sin escrúpulos, para matarlos.
Después de recoger el material nos dirigimos al pueblo a reponer fuerzas y a comentar los planes de futuro que tenemos en el grupo. Sobre las cuatro y media regresamos a nuestros lugares de origen, poniendo así término a una buena jornada espeleológica.